La integración de los países no latinos en la propuesta de integración que hago sería muy útil. El grupo de islas inglesas y holandesas del mar Caribe aportarían posiciones militarmente estratégicas y, desde el punto de vista venezolano, nos daría un canal a través del cual reclamar y sancionar las violaciones a nuestras fronteras marítimas que hacen varias de estas islas.
El problema está en que todos estos países siguen teniendo vínculos extremadamente estrechos con sus “metrópolis” europeas. Me explico: Sin mencionar el caso particular de Guyana, país que mantiene ocupado el 14% de nuestro territorio, todos estos pequeños países siguen siendo parte de la Commonwealth, en el caso británico, o son una especie de provincia de segunda, como es el caso de Aruba, Curazao y Bonaire, que aún siguen teniendo un estatuto especial dentro de Holanda. El caso de las islas francesas y de la Guyana francesa es distinto porque estos territorios se encuentran plenamente integrados dentro de Francia, con reconocimiento como provincia y su debida representación en la Asamblea Nacional de ese país, lo que hace que todos estos territorios (con la sola excepción de Haití, que no tiene ningún tipo de vínculo con Francia) no sean naciones sino provincias francesas.
¿Por qué es un problema el que estos países sigan siendo una especie de colonia europea? Principalmente por cuestiones económicas y militares. En cualquier proceso de integración económica, habría que hacerles estatutos especiales a estos países para que no perjudiquen los intereses británicos u holandeses. El cualquier pacto de seguridad y/o defensa, tanto Belice, como Trinidad & Tobago, Guyana, Surinam, etc. Tendrían un conflicto de intereses sobre cuál tratado de seguridad prevalece, si el que tienen con su metrópolis o el que han firmado con nosotros. Todo esto hace que un proceso de integración que incluya a los países en cuestión, sea mucho más complicado que si se hace entre países plenamente independientes…y ya la integración con éstos sería lo suficientemente compleja.
México es un buen tema. Cierto, son parte del Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA por sus siglas en inglés), pero eso no es ningún obstáculo. De hecho, muchos países tienen TLC’s con EEUU: Chile, Perú, Colombia y Uruguay tienen sus respectivos tratados con nuestros vecinos del norte y Centroamérica tiene el CAFTA-DR (Acuerdo de Libre Comercio de Centroamérica y República Dominicana, que incluye a los EEUU). La principal diferencia de México con Brasil es que, a diferencia de la economía mexicana, la brasileña es muchísimo más cerrada y no depende del comercio con otros países, lo que le da un poder inmenso de negociación.
México, en cambio, es un país abierto al comercio. Su economía depende principalmente de 4 fuentes de ingreso: Petróleo, exportaciones manufactureras, turismo y remesas de mexicanos residentes en el exterior. Todas estas fuentes están directamente relacionadas con la apertura a su economía y, además, el gobierno mexicano es consciente de la dependencia excesiva que su economía tiene de EEUU y por ello han buscado tratados comerciales con medio mundo e incluso, hace un año, firmaron con Chile, Perú y Colombia (todos países con condiciones económicas muy similares a la suya) la Alianza del Pacífico, un proyecto que pretende crear un mercado común entre estos 4 países. Según los presidentes que firmaron dicho tratado (Felipe Calderón, Sebastián Piñera, Alan García y Juan Manuel Santos), las principales razones para hacerlo fueron dos: Abrir mercados distintos a los tradicionales para sus exportaciones y la necesidad de hacerle contrapeso a la creciente hegemonía brasileña sobre el continente.
Es por esto que creo firmemente que un proyecto de integración, para que sea a la vez ambicioso y viable, tiene que ser entre los países hispanos. No porque hablemos el mismo idioma (eso es un “plus” que, entre otras cosas, hace disminuir los costes de estar traduciendo información, contratos y tratados), sino porque tenemos una situación muy similar, problemas muy similares y adversarios (no enemigos) comunes. No porque lo hayan soñado nuestros libertadores, sino porque a día de hoy nos conviene. Si en países pequeños como los nuestros queremos defender exitosamente nuestros intereses económicos, firmar acuerdos comerciales con condiciones favorables a nosotros y luego hacer respetar dichos acuerdos a países colosales como China, Brasil, La India, EEUU o la UE (que no es un país pero por cuestiones de poder de negociación, todo lo referente a política comercial lo gestionan como si lo fuesen), tenemos que unirnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario